Y ahí están, por todas partes, esos fragmentos cotidianos, esas formas cambiantes que me provocan continuamente y me invitan al más sincero de los juegos. Y lo acepto, convencido de que el azar mostrará todos sus secretos
Quizás por ello, ahora escojo la improvisación, la espontaneidad plástica frente a cualquier otro modo de expresión artística. No tan arbitrario como parece, pero absolutamente honesto.
Y así, seleccionando, agrupando o excluyendo, formando al final una forma única: una metáfora de mis creencias, de mi mismo.